Por Verónica Vita
Neuquén >
La sensualidad única del tango, que lleva a hacer casi incontenible ese
impulso que invita al cuerpo a moverse a su compás, fue la protagonista
de la noche del viernes en Salón Rainbow de Casino Magic. El
responsable: Narcotango, grupo que lleva seis años de experimentación
para encontrar su propio sonido dentro del las propuestas
contemporáneas del universo del dos por cuatro. Como el baile es la
musa inspiradora de los músicos, tanto sobre como bajo el escenario no
faltaron quienes se animaron a “sacarle viruta al piso”. Bastó con
que Carlos Libedinsky (bandoneón y dirección musical), Fernando del
Castillo (batería, percusión y FX), Mariano Castro (piano, samplers, FX
y bajos) y Marcelo Toth (guitarra, bajos y FX) comenzaran de despuntar
sus primeras melodías para que la atmósfera tanguera se adueñara del
ambiente, sumada a la audaz propuesta coreográfica –que combinó pasos
de tango con movimientos más propios de hip hop- del bailarín Mario
Rizzo, cuyo cuerpo parecía latir en exacta consonancia con la música. Durante
una hora y media de show, el grupo transitó por una selección del
repertorio de sus tres placas, integrado sólo por composiciones propias
excepto por una poderosa versión de “Mi Buenos Aires querido” que
también pudo escucharse en la noche del viernes. Además, el cuarteto
adelantó cuatro temas que formarán parte de su cuarto disco entre los
que figuró “Lado C”, un estreno en Argentina y que concluyó con la
ovación del público. Una grata sorpresa de la velada fue la que
deparó la aparición de la dupla de bailarines neuquinos Noelia Lorenzo
y Braulio Matos, que brillaron en escena y demostraron gran confianza y
soltura para dejarse llevar al ritmo de Narcotango. En el cierre, con
un público aplaudiendo de pie y reclamando su bis, el grupo respondió a
las demandas con creces. Y así pasó Narcotango, en su primera visita
por la ciudad, dejando en el aire el deseo de escuchar un poco más y la
certeza de que este es sólo el comienzo de una propuesta musical
exquisita. |