Buenos Aires-Argentina, 08 Marzo 2005

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OTRO TANGO EN EL DORREGO
Noche de samples y fueyes narcÛticos
El festival tuvo su jornada m·s moderna: San Telmo Lounge, Tanghetto y Narcotango.
Tanghetto, parte de una movida que est· pegando fuerte entre los jÛvenes modernos.
Por Karina Micheletto
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Las actividades para hoy

El galpÛn El Dorrego, pensado para exaltar el ™ltimo grito del diseÒo, parece hecho a medida para un evento de este talante. AquÌ y all·, extranjeros cool y chicos de Palermo, igualmente cool, se pasean portando en sus cuerpos uniformes de modernos. Sobre el escenario suenan samplers y bandoneones. Al fondo, en la pista de baile que surge en medio del p™blico, se consolida un estilo que ya se vende en las academias como ìfree tangoî, ìneotangoî o ìtango XXIî. AquÌ est·n, Èstos son, los representantes de eso que la vor·gine de la industria cultural ya clasificÛ en la sub-batea de tango electrÛnico. El Festival de Tango reuniÛ el miÈrcoles por la noche a San Telmo Lounge, Tanghe-
tto y Narcotango, tres propuestas con distintos estilos y despareja calidad dentro del electro-tango. Sonidos que calzan justo en estos Nuevos Buenos Aires que abren sus corazones al turismo y le ofrecen lo m·s profundo: tango, tango, tango.
Inaugura la noche San Telmo Lounge, un grupo que lleva dos discos editados (McDougall Tango y Madrugada en Backelonia, ambos por Epsa) y va consolidando un estilo interesante. El grupo viene de Rosario y al frente est·n MartÌn Delgado, Juan Manuel Aguirre y Pablo Gait·n. Llega el tercer tema, una versiÛn de Biyuya, de Astor Piazzolla, y se larga la pista de baile, un poco m·s atr·s de los que escuchan parados. Una gran cuota de improvisaciÛn domina a estas parejas que se las ingenian para seguir compases truncos y repeticiones de scratchs. Un tipo de improvisaciÛn distinta a la habitual, por fuera de los esquemas previos de la danza. Pero, aun con tanta experimentaciÛn, no puede decirse que esta gente no estÈ bailando tango, guiada por el hechizo pasional de la danza del tango. A los costados del escenario hay dos tribunas llenas de gente que prefiere seguir el espect·culo cÛmodamente sentada. Un nÛrdico entabla conversaciÛn con tres chicas que chapucean chochas en inglÈs. Las chicas lanzan risitas nerviosas mientras cuentan que les gusta la milonga, very much, y el tango electrÛnico suena como la banda de sonido perfecta para la escena. Los temas de Tanghetto van pasando y al final parece que el nÛrdico se queda con la rubiecita, they match so much.
En el gigantesco galpÛn hay lugar para una exposiciÛn de fotos sobre milongas, surgidas de un concurso, para una muestra del fileteador Martiniano Arce y para una cantidad de stands ìde diseÒo tangueroî. En los stands, el gÈnero se diversifica. Hay zapatos para tango, sombreros para tango, delantales de cocina con motivos de tango, cadenitas con parejas bailando tango, remeras con estampas de tango, posters de tango, agendas de tango, naipes de tango, ta-te-tis de tango,
toons de tango, °s·banas de tango!, y tambiÈn discos de tango. Todo muy moderno y sobrio, sin la brillantina grasa de cierto target tanguero for export. El mercado se segmenta a medida que se amplÌa, reacomoda las estanterÌas y da la bienvenida a las nuevas camadas. El circuito se expande y los extranjeros conocen los must del nuevo tango fashion mejor que nadie, las Lonely Planet siempre est·n actualizadas.
Mientras tanto, en el escenario, sucede la m™sica. San Telmo Lounge muestra una propuesta que suena bien, hasta con ciertos aires de jazz. Le sigue Tanghetto, con su ™ltimo disco Emigrantes (nominado al Grammy latino el aÒo pasado) y su proyecto Hybrid Tango. El grupo suma bandoneÛn, guitarra, baterÌa, violoncello, teclados y sintetizadores, y en lo que hace se escucha m·s yeite de frase tanguera conocida que alg™n concepto musical unificador. El ambiente se calienta con Narcotango. Presentado como ìel grupo de tango m·s bailado en las milongas de Buenos Airesî, el grupo comandado por Carlos Libedinsky trae bastante m·s que scratchs y loops acomodados de manera ingeniosa. La percusiÛn est· en primer plano y hay candombe, salsa y samba entre el tango y la electrÛnica. ìNarcotango es un abrazo profundo entre el tango y la atmÛsfera musical electrÛnica de nuestro tiempoî, se presentan desde su p·gina web. Si hasta no hace tanto ese abrazo parecÌa imposible, Libedinsky y compaÒÌa lo vuelven placentero. Entre el p™blico, una chica salta y baila como si estuviera en la pista de Pach·. Ella baila sola. El resto improvisa con m·s cÛdigos tangueros que electrÛnicos. Una chica de cola de caballo larguÌsima y un chico con cuerpo marcado bailan y se miran como si no existiera nada m·s en el mundo. Tras ellos, Gardel se funde en las pantallas gigantes con loops de computadora. La cronista tiene que aceptar que a pesar de su prejuicio contra tanto Palermo spirit est· asistiendo a un fenÛmeno que seguramente se ir· enriqueciendo con el tiempo y la experimentaciÛn. La medianoche cae sobre Buenos Aires y es hora de seguir la milonga en alg™n restaurante Ètnico cercano.


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