Recién llegué a casa (jijiji) después de una velada gloriosa con los amigos. lo úinico malo es que voy a tener que dejar el único vicio de mi vida: el tabaco. Que pena que el cigarrillo y yo tengamos que dejar nuestro affaire tan dolorosamente, pero creo que el oxígeno tiene que ser mucho mejor. :(

Pasandonos al lado serio, acabo de ir a Narcotango en el teatro Bolívar con los muchachos de la oficina, (pacientes ante todo, por que soy un poco molestoso cuaqndo voy a un concierto, por que me gusta ser puntual y todas esas cosas que molestan a la gente a las 8 de la noche de viernes). pero muy bonito.



Para los no conocedores, el teatro Bolívar es un teatro clásico de Quito que se incendio hace unos años, así que es bacan ir a un concierto en un sitio incendiado, pero a pesar de todo, de acústica perfecta.

La música de Narcotango, es ese choque entre el pasado y el futuro, entre el arrabal oscuro de una madrugada de Buenos Aires, y los ritmos de borgs asexuados de la electronica. Musica apasionada, pero muy exacto.


El performance en vivo es interesante en grado sumo. El tango es, como dice mi viejo, "solo un momento entre la fé de ausencia de toda la eternidad", y bailarlo es una experiencia que puede ser maravillosa y descorazonadora. Porque es la música de un cultura que nació en la diáspora. Demasiado latinos para ser europeos, y demasiado europeos, para ser latinos, los argentinos han debido crecer en la soledad de un mundo que los ve como una excepción.

Resaltable en grado sumo, el trabajo de batería, y loops. La simulación de una caja de ritmos a puro ritmo, y sin triggers, es complicado, pero se maneja con muchisima elegancia, y con oficio. El tango es doloroso, porque implica coexistir, y danzar entre latidos de un corazon, intimamente, seducidos por momento, pero temerosos de la realidad que esta afuera, en la calle.

Muy feliz, y muy contento. Necesitabamos un espectaculo así

PAZ desde el aura

Ludiovico