Cultura| 31 Mayo 2008 - 5:31am

El tango líquido es adictivo

Por: Mariangela Rubbini Q.
Vía telefónica desde Buenos Aires, Carlos Libedinsky, quien además de compositor es el gran cerebro creador detrás del proyecto Narcotango, habló para Shock ocho días antes de su visita a Colombia.
Sexteto argentino
Foto: /Archivo Particular

El sexteto argentino Narcotango presenta una propuesta musical atractiva, acompañada con  elementos visuales.

El grupo se presentará en Bogotá y Medellín. Tango electrónico, neo tango, tango líquido, tango libre. Aunque se escandalicen los más puristas, esta música es narcotizante.

Shock: ¿Podría describirnos la atmósfera porteña (de Buenos Aires) que pretende capturar ese nuevo tango?

Carlos Libedinsky: Es una atmósfera que tiene que ver con el cosmopolitismo actual. Y también creo que está muy relacionada con la inclusión de las tecnologías en la vida cotidiana. Los chicos nacen con una computadora en la mano y con un plan de telefonía móvil, mientras que a muchos mayores les aterroriza tener contacto con uno de esos aparatos. Es tanta la información que de hecho es como una ametralladora. Muchas veces uno no alcanza siquiera a digerirla. Yo veo a la gente bajando tanta música de internet, que a veces me pregunto si les alcanzará la vida para escucharla toda. Y me parece que el mejor aporte que podemos hacer los artistas en una época como la actual es recuperar esa comunión emotiva con el público.

¿Qué piensa usted de que en el camino de esos procesos de experimentación y evolución de los sonidos e inclusión de electrónica se pierdan definitivamente las raíces?

Yo no creo que eso vaya a suceder. Nosotros nos sentimos afortunados de haber abierto una puerta que estaba cerrada. Porque ese revisitar la tradición desde el Siglo XXI es lo que está haciendo posible que muchos jóvenes nos hayamos acercado a nuestras raíces, pero desde la actualidad, desde el 2008.

¿Qué diría entonces frente a la premisa que reza que todo tiempo pasado fue mejor?

Hay una frase de una canción de Luis Alberto Spinetta, que es uno de nuestros próceres del rock, que dice justamente todo lo contrario: “… Yo nunca voy a decir que todo tiempo pasado fue mejor. Mañana es mejor…”.

En una ‘show’ de Narcotango, las visuales juegan un papel bien importante. Hablemos de lo que presentarán en Bogotá y Medellín.

El centro del recital somos los 6 músicos, pero manejamos una cantidad de imágenes que tenemos asociadas a lo que vamos tocando. La idea de estas visuales es que funcionen a manera de una escenografía virtual. Pero tampoco nos interesa que todo el tiempo haya un zapping de imágenes que se roben la atención del público. Nosotros hacemos un recital en el que se establece un contacto muy íntimo con el público, y no queremos que con tanta pirotecnia y tanto láser que predominan hoy en día se desvíe el interés. Porque además, al ser la música de Narcotango instrumental, la gente tiene la posibilidad de jugar mucho más con la imaginación.

De todas maneras, asistir a un ‘show’ de Narcotango sí es una experiencia multisensorial.

Me encanta eso que decís. Es una buena definición.

La parte del baile también es importante en sus ‘shows’. ¿Habrá una pista dispuesta en el teatro para ello?

Eso no lo sé aún. Igual nuestro show está montado para presentarse bien sea en teatros o en salones de baile. Va a depender mucho de cómo estén dispuestos los escenarios. De hecho vi las fotos de los teatros por internet y me parecieron hermosísimos. Me dicen que la acústica es increíble.

  • Mariangela Rubbini Q. | EL ESPECTADOR

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