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CULTURA
Narcotango, de Argentina, combina instrumentos tradicionales que ejecutan en vivo con apoyos electrónicos. Gracias a grupos como este, Bajofondo, Gotan Project y otros, el tango ha adquirido un nuevo aire y atrae a las nuevas generaciones
MÚSICA
Eléctricos tangueros y norteños
Narcotango, de Argentina, y Fussible+Bostich, del Colectivo Nortec, de México, son dos proyectos emblemáticos de la fusión en América Latina. El 6 de junio se presentan en Bogotá.
Fecha: 05/31/2008 -1361
Parecian modas pasajeras, pero el tiempo les ha dado la razón a quienes se han empeñado, en distintas latitudes del mundo, a fusionar la tradición con los nuevos sonidos del rock, el hip hop y la electrónica. Colombia no ha sido ajena a ese fenómeno. Agrupaciones como Sidestepper, Curupira, Bomba Estéreo, la Mojarra Eléctrica, Pernett y sus Caribbean Ravers, Retrovisor, Sismo (por sólo citar algunos), desde diversas perspectivas, un sabor urbano y contemporáneo a ritmos que tradicionalmente se han asociado con el ambiente rural.
Esta semana Bogotá recibe dos agrupaciones emblemáticas de esta tendencia. Se trata de Narcotango, de Argentina, y de Fussible + Bostisch, de Tijuana, México, dos de los proyectos que integran el Colectivo Nortec y que lideran Pepe Mogt y Ramón Amescua, respectivamente. Ambos lanzaron hace pocas semanas el álbum Tijuana sound machine.
Resucita el tango
En Colombia, todo lo que tenga el prefijo 'narco' parece signado por la fatalidad. Pero la palabra narcótico se relaciona también con escapatoria, embotamiento de la sensibilidad o con un viaje hacia la alucinación. Esa fue la idea de la que partió Carlos Liebedinsky, el músico argentino que creó el concepto más revolucionario y significativo del tango: Narcotango, y el que mejor actualizó el género. "Para nosotros el tango es como una droga. Es adictivo. Cuando uno lo baila, genera una adicción igual a la de los narcóticos. No se puede parar", dice desde su estudio en el barrio Belgrano, en Buenos Aires.
Pepe Mogt y Ramón Amezcua, cabezas visibles de Fussible y Bostich. El Colectino Nortec, al que pertenecen, también ha desarrollado una muy intensa actividad en el campo del diseño gráfico
Su necesidad de reformar la música más tradicional e importante de su país nació con el declive del tango, cuando comenzó la irrupción del rock & roll y con la llegada del movimiento hippie. "Vimos la necesidad de actualizar ese ritmo tan personal, rico y propio. Los que empezábamos a crecer en esa época de cambios nos vinculamos a la música nueva. Los medios se llenaron de esos géneros y el tango perdió el auge que tuvo hasta los años 50. Desde la revolución de Ástor Piazzolla no había pasado nada, ningún movimiento actualizó el espíritu del tango".
El tango, de ser el referente de toda una nación, pasó a ser un recuerdo. Y parecía ya parte del pasado. Pero esa misma generación que había abrazado el rock y luego la música electrónica volvió a su esencia con la claridad de que el tango, en sus inicios, se había formado gracias a los ritmos africanos y a la influencia de los inmigrantes que llegaron al gran Buenos Aires. Ese hecho lejano, ocurrido a finales del siglo XIX, podía ser revivido, pensó Bielinsky. "En su gestación, el tango fue cosmopolita, hijo de distintas corrientes inmigratorias. Las más interesantes corrientes musicales tienen de alguna forma ese condimento cosmopolita. A mi gusto, la música electrónica se puede mezclar y rescata casi todas las músicas étnicas del mundo", insiste Bielinski. El compositor tuvo la idea de crear su nuevo tango tras escuchar grupos de trip hop como Massive Attack con milongas tradicionales de Di Sarli, y mezclarlos en su cabeza.
Para Liebelinsky, que cuenta en su orquesta con bandoneón, batería, guitarra, violín, piano y teclados, los medios electrónicos son otro medio de producción de sonido, un nuevo instrumento para incorporar a la orquesta. "Narcotango nació con una actitud y una sensibilidad artística propias, pero es una esponja y lo que vivimos lo vamos traduciendo en música. En 2003 se nos abrieron puertas hermosas en todos los rincones del mundo con el nuevo sonido. Lo llevamos a muchos lugares y esa experiencia alimentó lo que ofrecemos ahora". De hecho, le interesa conocer lo que sucede en el país. "¿Qué movimiento se está gestando en Colombia?", pregunta. Le interesan las mezclas étnicas con los sonidos electrónicos. Quiere aprender. Así que vendrá a eso: a ofrecer lo suyo y a aprender para renovarse más y transmitir nuevas cosas.
Tecno norteño
Tijuana, ciudad de frontera con apenas poco más de un siglo de existencia y un desmedido crecimiento demográfico, ha estado signada por la música desde cuando los gringos, ávidos de alcohol y diversión en tiempos de la prohibición, atravesaban la frontera para divertirse. Por estar tan cerca de California, ha sido una ciudad muy abierta a los diferentes movimientos musicales que llegan del exterior. De hecho, la trompeta de Herb Alpert, con su Tijuana Brass, puso a la ciudad en el mapa del mundo del pop.
Ya desde los años 80, la música electrónica de influencia europea y de Estados Unidos tuvo sus cultores en Tijuana. Uno de ellos fue Pepe Mogt, quien desde finales de los 80 comenzó a elaborar su música y a publicarla de manera independiente. Los otros pioneros de la electrónica de Tijuana estaban totalmente desligados del folclor y de la música norteña. Hasta que, a finales de los 90, Mogt asistió a una boda y, al oír los sonidos de la orquesta que amenizaba la fiesta, se dijo: "Yo puedo ponerle ritmo a todo esto".
Así nació Nortec, palabra que une los términos tecno y norteño. El colectivo lo conforman desde entonces varios proyectos, casi todos a cargo de una o, a lo sumo. Además de Bostich y Fussible, están Panóptica (Roberto Mendoza), Clorofila (Jorge Verdín) e Hiperboreal (P.G. Beas), quienes además de hacer música han desarrollado proyectos de video, artes visuales y diseño gráfico.
A diferencia de los grupos que hacen fusión a partir del folclor, ellos comenzaron a hacerlo al revés. "Los integrantes de Nortec crecimos en la escuela de Giorgio Moroder, del grupo alemán Can, y lo que hacemos es tomar sonidos, sacarlos de su contexto y meterlos en el concepto de la música electrónica". Así, en sus primeros trabajos lo que hacían era utilizar estos sonidos en estructuras propias del tecno y el house. Reemplazaban el bajo por el sonido de una tuba, agregaban sonidos de acordeón, de timbales.
A partir del álbum Tijuana Sessions Vol. 1, de 2001, el Nortec Collective se dio a conocer en Estados Unidos, Europa y América Latina.
En sus álbumes más recientes, en particular Tijuana Sound Machine, han buscado un equilibrio entre electrónica y el sonido regional. "Antes sólo utilizábamos sampleos de grabaciones ya hechas. En este disco, en cambio, hay temas en los que en la grabación y los conciertos participan músicos en vivo, lo que les permite hacer solos con sus instrumentos". En temas como Retén, utilizan sonidos de radiopatrullas, de radios. "Son elementos que te llevan a cierto punto de Tijuana, que evocan lo que pasa en la ciudad".
Aunque ambos se presentan el viernes 6 de junio, las Narcotango y Bostich+Fussible no se cruzan. Los argentinos estarán en el auditorio León de Greiff, a las 8 de la noche, un escenario que suele ser muy puntual con sus horarios. Mogt y Amezcua se presentan en las Fiestas del Rey, en el Theatron, acompañados de Pernett & The Caribbean Ravers, LA Makintouch Live, DJ Junagui y DJ Yabanko, lo que significa que estarán en escena a altas horas de la noche.